Características de la arquitectura utópica
La utopía se deriva del griego ou-topos “ningún lugar” o “ninguna parte”. Una sociedad utópica es idealista sin problemas, problemas o final a la vista. Este estilo tiene como objetivo reinventar el estilo de vida de las masas mediante la creación de un lugar perfecto.
Utopía fue un término acuñado por Tomás Moro en 1516, en su libro del mismo nombre. La utopía da a las personas una ilusión de perfección . Imagínese un mundo donde no existen las dificultades , donde todo es tan ideal como puede ser. Es tan insondable como un mundo sin agua. La existencia de la utopía solo se ve en la ciencia ficción y la fantasía moderna. Este género de libros y películas nos proporciona una nueva perspectiva de la vida y el estilo de vida.
La concepción de esta forma de sociedad en la arquitectura fue a través de ideas y nociones de un plan autosuficiente, independiente y cohesivo. No existe una definición clara de las características físicas o elementos de diseño comunes en toda la gama de diseños utópicos. Esto permite la libertad de pensamiento y expresión en el funcionamiento de la sociedad. La planificación y el diseño tienen pocas o ninguna restricción y facilitan un estilo de vida cómodo. Prioriza la comodidad y la felicidad sobre el cumplimiento de las pautas de planificación y los sistemas estructurales rígidos.

La arquitectura utópica se centra en la mejora social, económica y política del tejido urbano. El aspecto más importante es la igualdad y la paz comunitaria. Las estructuras y los espacios tienen un desarrollo irrestricto sin comprometer el límite de recursos. Más que consumismo y estatus económico, se satisfacen las necesidades y requerimientos de los usuarios. Los avances tecnológicos y científicos impulsan la expansión y el crecimiento de las urbanidades. Las banalidades como ir a trabajar en un trabajo de 9 a 5, los viajes interminables al trabajo y mirar las pantallas durante todo el día ya no son parte de la vida. La mundanidad de la vida cotidiana se ha ido y se alienta a cada ser humano a luchar por la satisfacción por encima de la compensación monetaria. Inspirado en obras de arte abstractas, manuscritos de ficción y películas, este estilo de arquitectura se vuelve poético contra las crueldades e injusticias del mundo. A medida que los países libran guerras entre sí y sufren luchas civiles, la formación de una sociedad utópica puede ver su final.
Los edificios se planifican de forma sistemática y jerárquica para alcanzar un objetivo superior. Colectivamente, la arquitectura utópica trabaja para el mejoramiento de la sociedad en su conjunto. Los primeros diseñadores utópicos fueron conocidos como futuristas. Aspiraban a formar una sociedad impulsada por los avances tecnológicos con el paso del tiempo. La estética se dejó en un segundo plano, mientras que se dio importancia a la practicidad y las utilidades.
Otros diseños miraron hacia la formulación de hábitats aéreos y arbóreos donde el tránsito era la columna vertebral de la ciudad, y cada estructura actuaba como un centro de tránsito. Los edificios tenían pasarelas peatonales externas, carreteras, redes ferroviarias y puentes. Esto facilitó el movimiento vertical y horizontal sin volver al nivel del suelo. Esto permitió una mejor productividad y menos recursos para ser utilizados, junto con más espacio en el suelo para que floreciera la naturaleza. En última instancia, este fue el más práctico y tuvo altas probabilidades de fructificar en caso de establecimiento de colonias espaciales.

Sin embargo, algunos trabajos conceptuales también vieron glorificación y embellecimiento, priorizando así la estética y los nuevos materiales brillantes. El enfoque cambió de la necesidad de una comunidad cohesionada. También inculca las creencias y los ideales de unos pocos en las masas. Existe un estigma de lavado de cerebro e individualidad en forma de liderazgo, ya que debe haber un poder judicial claro para que sea permanente.
La redistribución de recursos, financieros y de otro tipo, garantizará una comunidad equilibrada. Desdibujar las líneas socioeconómicas abolirá la discriminación entre las personas. Los términos “los que tienen” y “los que no tienen” dejarán de existir. Impulsada principalmente por la emoción y el intelecto, la arquitectura tendrá como objetivo involucrar la mente y el corazón de los usuarios. Los aspectos físicos estarán enfocados al placer visual. Las obras utópicas captan la atención del público debido a su impacto visual único y extravagante.
Las representaciones modernas de los arquitectos del siglo XXI ven la utilización de zonas climáticas extremas y océanos como una expansión de los accidentes geográficos existentes. Estos municipios serán autosuficientes y autosuficientes. Se centran más en la reposición de recursos naturales y combustibles fósiles. Se reactivarán las tipologías de vivienda agraria para fomentar la agricultura dentro de la ciudad. Ciudades enteras se desconectarán de la red y ya no compartirán recursos con ciudades vecinas.

Sin embargo, la autoconfianza de los municipios los hará introvertidos. El aislamiento de una utopía particular, a su vez, creará discordias entre los de su tipo en su conjunto. A menos que esta nueva clase de diseño se implemente a escala global o universal, los ideales sociales de unos pocos futuristas destruirán las vidas de millones de personas dentro de la sociedad utópica.
La arquitectura está destinada a ser vivida y está arraigada en la experiencia del usuario. La utopía es una idealización de la vida en su conjunto. La longevidad y el sustento de esta forma de arquitectura son incalculables. La imprevisibilidad de las sociedades utópicas suscita dudas y vacilaciones para convertirlas en una forma de vida permanente. La imprevisibilidad de la vida es lo que la hace única y vivible. Con la pérdida de individualidad y restricciones, la arquitectura alcanzará nuevas alturas, literal y figurativamente.
Imágenes: Archdaily
- Un fotograma de “Metrópolis”, quizás el arquetipo de la película urbana futurista.
- Palmanova
- La fallida ciudad utópica de Ordos ahora está abandonada y obsoleta.
