De los muchos elementos visuales del diseño , el color es el más impactante y sin esfuerzo de todos. La primera impresión que deja un área en la mente de los visitantes ciertamente no son las estructuras o las personas, dentro y alrededor de ella; más bien es la estética del lugar. Dicho esto, lo que cubre la estética para un lego no son los elementos arquitectónicos de los edificios, como para un arquitecto., pero son simplemente los elementos visualmente agradables y su apariencia general, lo que atrapa y calma los ojos. El uso del color en las fachadas de los edificios es una de esas formas de generar confort visual y, al mismo tiempo, llamar la atención del visitante. Los colores de las fachadas no solo resaltan los edificios y aumentan el interés de los espectadores; el uso de colores activa visualmente un área. Además, la elección y el uso de colores para las fachadas pueden variar según el entorno contextual, sin embargo, los colores seguramente cambian la percepción visual de todos los edificios en o alrededor de un área.
Hay ejemplos famosos de fachadas de edificios de colores, tanto en áreas residenciales como comerciales de ciudades de todo el mundo. Uno de los barrios más conocidos con una variedad de fachadas victorianas multicolores es Portobello Road en Londres. Ha evolucionado hasta convertirse en una de las zonas “imperdibles” de Londres en la actualidad y la simple aportación de color, en este caso, no puede ignorarse. El color dio como resultado la creación de una identidad distinta para el área y, por lo tanto, aumentó su popularidad de manera masiva.

Otro ejemplo, ligeramente diferente al anterior, del uso del color en las fachadas de los edificios es el MUSAC, el museo de arte de León en España. Los colores de la fachada del edificio reflejan la arquitectura tradicional local de la zona y han proporcionado una conexión profunda con su entorno.

No solo el uso del color en las fachadas de los edificios siempre se hace por las razones más obvias, como se discutió anteriormente, sino también para objetivos mucho mayores, como encontrar una solución a la crisis de vivienda de una ciudad. En Johannesburgo, se llamó la atención sobre numerosos edificios patrimoniales abandonados coloreando las fachadas de rosa. Fue un llamado de un grupo de artistas al gobierno africano para utilizar el núcleo histórico de la ciudad, con el fin de satisfacer las demandas actuales de vivienda. Aunque en lo que respecta al resultado, este caso sigue siendo discutible. Sin embargo, sugiere que el uso del color puede tener impactos severos en los edificios y sus alrededores y podría ser un punto de partida para algunas conversaciones extremadamente importantes.

Otro gran ejemplo del uso del color como una herramienta lucrativa para generar ingresos es un proyecto de arte llamado ‘Regreso a Río’ en Santa Marta, Río de Janeiro. Su objetivo era crear fachadas visualmente agradables en un vecindario, pintándolas en diferentes colores y patrones. El proyecto no solo actuó como un estimulador económico para el área, sino que también elevó la identidad del vecindario.

De ahí que el uso del color, concretamente en las fachadas de edificios, sea mucho más que su uso como decoración. El color es un elemento integral en el entorno arquitectónico como lo es en el entorno natural. Es una herramienta importante que no solo se utiliza para efectos visuales, sino también para propósitos más profundos. En pocas palabras, el color está mejorando el mundo que nos rodea, en todos los sentidos.
