La arquitectura del paisaje se refiere al diseño de lo que nos rodea, junto con el entorno terrestre natural o semi-natural. Cualquier cosa que veamos y experimentemos está destinada a tener algún impacto en nosotros. Tanto la visión de un paisaje bien diseñado y controlado como la extensión de la naturaleza salvaje afectan a nuestra mente de forma diferente, lo que depende además de nuestro estado emocional en el momento de la recepción. La psicología ambiental es “un campo interdisciplinar que se centra en la interacción entre los individuos y su entorno”.
Respondemos de forma inmediata y subconsciente a nuestra primera experiencia de entornos paisajísticos variados: la evaluación y el análisis de dicho entorno se produce en un santiamén sin que lo sepamos; tiene lugar porque pertenecemos al entorno como una pequeña parte de esta entidad.
Esta interacción tiene dos vertientes: una se refiere al mundo interior de la mente humana y la otra a la realidad física. Tiene que ver con nuestros sentidos primarios: la vista, el tacto, el oído, el olfato, el gusto y quizás también nuestro sexto sentido (la intuición no corpórea). Una evaluación completa de los paisajes es posible cuando intervienen todas las percepciones visuales, sensoriales y cognitivas -porque se amplifican mutuamente- para crear la imagen completa.
El entorno no es un objeto que requiera sujetos. Sólo se puede ser partícipe porque “el entorno, rodea, envuelve, engulle y nada ni nadie puede ser aislado, identificado y apartado de él” (Littleton; ibídem)

Las reacciones emotivas humanas estimuladas por un entorno son dualidades positivas o negativas: bello (atracción) vs lo feo (repulsión), placer vs desagrado, comodidad vs incomodidad, agrado vs desagrado, seguridad (protección) vs peligro (miedo), alegría vs tristeza, atractivo vs repetitivo, comprensión vs confusión, etc. Las variables específicas se asociarán a sentidos concretos.


Las reacciones emotivas humanas estimuladas por un entorno son dualidades positivas o negativas: bello (atracción) frente a feo (repulsión), placer frente a desagrado, comodidad frente a incomodidad, agrado frente a desagrado, seguridad (protección) frente a peligro (miedo), alegría frente a tristeza, atractivo frente a repetitivo, comprensión frente a confusión, etc. Las variables específicas se asociarán a sentidos concretos.
La psicología primaria del principio de diseño es el “espacio defendible”. Nos sentimos cómodos cuando sentimos que hay una “barrera de muros” suficiente y cuando tenemos puntos de vista superiores. Estos dos elementos juntos en nuestro entorno permiten una menor dependencia de las barreras. Nos dan una sensación de seguridad y una vista con amplitud, lo que proporciona a nuestros ojos placer, además de relajación. El diseño del paisaje es un proceso de creación de un espacio que imparte un carácter de sentimiento o emoción. El aspecto del impacto emocional se abandona a menudo por la estética y los materiales.

El entendimiento del paisaje es el nivel más elaborado en el análisis del paisaje y la formación de una percepción. Por tanto, es un elemento importante en el establecimiento de la identidad paisajística y el aura del lugar, así como en el desarrollo del apego al lugar.

Hoy en día, debido a la creciente población y al urbanismo, el tejido urbano de las ciudades ha empezado a tener un impacto negativo en nuestras mentes. Los interminables suburbios, que consisten en barrios con hileras de casas en su mayoría indistinguibles, situadas lo más cerca posible unas de otras para hacer sitio a más unidades de vivienda, han eliminado de hecho todo aspecto del contacto humano. La necesidad de más ha creado un entorno frío y poco acogedor que no produce una respuesta fisiológica positiva ni una sensación de bienestar. Los espacios públicos paisajísticos proporcionan consuelo al habitante de la ciudad, desbordado y ansioso, para romper esta monotonía en las ciudades.
Según la Organización Mundial de la Salud, los habitantes de las ciudades tienen casi un 40% más de riesgo de depresión, más de un 20% más de tensión y el doble de posibilidades de desarrollar esquizofrenia en comparación con los que viven en el campo. Esta alarmante tendencia se produce porque la vida en la ciudad puede disminuir el acceso a la naturaleza, reducir las oportunidades de hacer ejercicio con regularidad y separar a las personas que se trasladan a la ciudad de sus redes de amigos y familiares sin construir una nueva y sustancial red social.
La importancia de la vegetación urbana para la salud y el bienestar de los habitantes de las ciudades ha llamado la atención una y otra vez. Los espacios verdes urbanos, es decir, la vegetación dentro de la ciudad, como los parques, las zonas verdes, los patios de los colegios y los jardines de las casas, se consideran elementos de planificación urbana que favorecen la salud.
“Desde una perspectiva más amplia, el paisaje urbano forma parte de la matriz urbana. El diseño del paisaje urbano no es el diseño urbano, sino una parte crucial del mismo. Por lo tanto, los factores que influyen en el diseño urbano también influyen en la forma y el funcionamiento de los paisajes urbanos.” (Memlük, 2012)

La psicología es el estudio de las respuestas del comportamiento de las personas, y puede sugerir una comprensión vital de la transacción entre las personas y la naturaleza. Las plantas tienen un efecto directo en nuestra mente, que surge de la experiencia y de los antecedentes y la naturaleza de una persona. Estos fenómenos psicológicos se pueden determinar y calcular.
La vegetación es uno de los principales materiales para el arquitecto paisajista, a diferencia de quienes sólo consideran los componentes estructurales de un edificio. Las plantas cubren gran parte de la tierra, lo que las convierte en el recurso natural más universal. Los entornos dominados por las plantas son percibidos por la mayoría como un entorno preferible y se consideran valiosos en términos de embellecimiento, salud y libertad. La arquitectura del paisaje combina atributos de coherencia, legibilidad, misterio y complejidad para crear una impresión general de mejora del bienestar de las personas.
El objetivo de un paisaje bien diseñado es, pues, crear un patrón de respuestas emocionales positivas y placenteras: una sensación de paz.
Referencias
What is Landscape Aesthetics and Environmental Psychology?
Memlük M. Z.2012 Urban landscape design
https://www.intechopen.com/books/advances-in-landscape-architecture/landscape-design-for-children-and-their-environments-in-urban-context
https://scholarship.claremont.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=2850&context=cmc_theses
https://pub.epsilon.slu.se/864/1/UlrikaStigsdotter.pdf
Jacobs, M. (2011). Psychology of the visual landscape. Research in Urbanism Series, 2, 41-54. DOI:10.7480/rius.2.206
https://www.designcouncil.org.uk/news-opinion/designing-good-mental-health-cities-next-frontier-urban-design
