La arquitectura es una forma de expresión congelada. Un complicado entramado de ideas, funciones, conceptos, gustos y disgustos y, lo que es más importante, el sueño de alguien que queda grabado en la superficie de la tierra, para siempre. La historia, las referencias, los documentales, los relatos, las películas, las excavaciones arqueológicas, las ruinas y los manuscritos nos proporcionan suficientes pruebas en forma de comunicación visual, escrita y verbal sobre la arquitectura. Esta documentación nos ayuda en gran medida a descubrir el rico legado arquitectónico y, con el tiempo, se suma a nuestro conocimiento de este arte.
Los grandes arquitectos y las filosofías detrás de sus magníficas obras han sido documentados a través de pocos medios, siendo los libros la principal fuente de esta información. Sin embargo, hoy en día, debido a la creciente popularidad de las redes sociales, estas obras también se comparten en varias plataformas visuales y escritas como Facebook, Instagram, Twitter, LinkedIn, revistas de arquitectura y diseño de interiores, de modo que la profesión y la ideología que hay detrás acaparan un poco más de atención.
Pero, al final, todo esto se queda dentro de la fraternidad arquitectónica y nunca llega a la multitud. En última instancia, la mayoría de la gente no conoce la arquitectura como profesión o como expresión, y la percibe como meros edificios. El concepto de tejido urbano y su diseño pueden ser la visión o la idea de alguien de transformar un espacio para dar una mejor calidad de experiencia. Pero este siempre ha estado en segundo plano y tiene más éxito plantear preguntas en lugar de la necesidad y la previsión detrás. Por lo tanto, la tarea del arquitecto consiste en exponer todas estas inquietudes de forma correcta y sencilla para que el público que no es arquitecto las entienda.
Así que, volviendo a la comunicación, puedo decir que siempre ha sido la base invisible de la vida. Desde el nacimiento, o incluso antes, uno empieza a dar señales o, por decirlo de otro modo, empieza a comunicarse de un modo u otro para expresar algo que está en la mente. La arquitectura no es diferente. Y es un campo que consiste en crear espacios para otras personas, intentando convertir el sueño de un cliente en una realidad, que coincida exactamente con el sueño y lo haga aún más bello, se convierte en una tarea colosal.
Comunicar las ideas e inspiraciones a una sinnúmero de personas alrededor es una misión abrumadora. En primer lugar, es crucial traducir estas ideas en 4 tipos de métodos de comunicación, como la comunicación verbal, no verbal, escrita y visual. Esta información tiene que ser transmitida a la gente en diferentes formatos para los que están frente a nosotros.
- Las discusiones iniciales, por lo general la comunicación verbal de intercambio de ideas con el cliente se manifiestan en la comunicación visual a través de vistas en 3D y tratando de visualizar el espacio y el edificio después de su construcción. Por lo general, un método para comprender los requisitos del cliente y mantener un diálogo verbal y visual que dé como resultado la presentación de lo que mejor le parezca al cliente.
- Los 3D y las ideas se convierten en dibujos, una comunicación puramente no verbal y visual para que el contratista y el licitador entiendan qué hay que construir y cómo.
- Los dibujos, cuando se encuentran en la obra, se materializan de nuevo en la comunicación verbal al intentar explicar a los trabajadores y conseguir que se construya en la obra.
En el fondo de la comunicación arquitectónica, el lenguaje visual es lo más importante, ya que, una vez terminado, es el que se mantiene en pie y se convierte en una declaración permanente. Comunica las ideas, el concepto y la manifestación en una sola forma de forma bella y armoniosa. De ahí que la arquitectura pueda llamarse acertadamente una forma de expresión congelada.
Para desglosar aún más la teoría de la comunicación para la arquitectura, la forma en que actúa la comunicación visual es extremadamente interesante y creativa. Comienza con garabatos, líneas, formas y notas que definen las ideas y poco a poco se transforma en un conjunto metódico, disciplinado y organizado de dibujos, vistas en 3D y especificaciones que finalmente definen la estructura real. Así pues, la comunicación visual se convierte en una conexión entre el arquitecto, el cliente y las personas que están construyendo el edificio, y este hilo también une a las personas que están experimentando los espacios en su interior, así como a las que pasan por delante.
Al pertenecer al mismo campo y recibir formación bajo el mismo conjunto de perspectivas, la fraternidad arquitectónica conoce bien estos lenguajes y la forma de exponerlos ante los demás. Pero cuando se trata de llegar a la gente, la mayoría, que no sabe lo que es la arquitectura y lo que hacen los arquitectos, la comunicación desempeña un papel aún más importante. Es crucial que sepan qué es esta profesión, qué exige, qué ofrece y qué importancia tiene en los tiempos actuales. El desconocimiento de los buenos contenidos arquitectónicos y la falta de concienciación en los medios de comunicación provocan un gran retroceso en el sector. Aunque hay revistas, novelas, periódicos y películas que proporcionan información arquitectónica que cae en la comunicación escrita y visual, el lenguaje arquitectónico y su enigma no llegan a las masas tanto como deberían, en comparación con otras profesiones.
Al ser un medio visual de subjetividad y estética, la gente se forma opiniones y juicios de lo que es la arquitectura y, lamentablemente, está muy lejos de la realidad. En el escenario actual, por tanto, es de suma importancia que los periodistas con formación en arquitectura elijan la forma de comunicación escrita para proyectar el conocimiento y la conciencia correctos del diseño, su necesidad, su funcionalidad y su estética en un lenguaje y unas palabras incorrectas. Hoy en día se nos bombardea con imágenes a gran escala que se limitan a alimentar la capa superior de apreciación de este arte, pero nunca profundizan en su interior, y ahí es donde nosotros, como profesionales eruditos, entramos en escena para crear un contenido realista del mismo.
Al insertar contenido en forma de subtítulos y texto debajo de una determinada imagen, nosotros, como arquitectos y una multitud consciente de la autenticidad, podemos iniciar nuestra propia pequeña contribución hacia la construcción de la perspectiva y el conocimiento correctos y proyectarla hacia el exterior. Sí, hoy en día, la gente está dando este paso a través de la fotografía arquitectónica, el periodismo, las charlas en pequeños grupos y en las plataformas de los medios sociales, y poco a poco estamos avanzando hacia la creación de esta conciencia entre nuestros clientes y, finalmente, todo el mundo. Así que reunámonos y unamos nuestras manos en esta misión para hacer que la arquitectura sea una profesión hermosa y de la que se hable mucho, no por su glamour sino por su profundidad, magnanimidad y filosofía.
