Hay arquitectos cuyo trabajo define su carrera, ideología, metodología, y a veces más pero muy pocos de ellos no tienen la oportunidad de el talento y la visión para mostrar la ideología, la cultura, y el movimiento definitorio de una nación.
Entonces, fue Kenzo Tange, quién no era solo un arquitecto sino el pilar que apoyó el nuevo movimiento moderno en Japón y ayudó a la arquitectura de la nación a obtener una nueva identidad que se perdió por las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial. Hablando sobre la Catedral de Santa María de Tokio, construida a lo largo del mismo año que el gimnasio de la nación Yoyogi, especialmente para los Juegos Olímpicos de Tokio, ambos que eran para que el mundo vea, para él no eran solo otros proyectos sino la oportunidad de expresar la nueva identidad y la visión moderna de Japón que vemos hoy.
Kenzo participó en un competencia invitado en 1961 para diseñar una nueva catedral que reemplazaría la antigua estructura de madera de estilo gótico destruida durante la guerra, ganó el concurso y completó el proyecto en 1964, pero para comprender profundamente la estructura comencemos desde el principio. Conocido por su modernismo y su forma de metabolismo de la arquitectura, cuya visión se puede captar fácilmente en esta estructura cuando se trata de forma compleja o los materiales utilizados en su construcción.
El concepto de esta estructura es tomada de la forma de un pájaro con alas extendidas, este concepto parecía simple pero ejecutarlo no fue fácil especialmente con la forma que consistía en 8 elementos de parábolas hiperbólicas que comenzaron como muros que rodean el plano rombo de la catedral y a medida que se mueve hacia arriba se curva como un techo para hacer una cruz sobre el plano que se mueve verticalmente en los 4 lados a lo largo de la fachada y se cubre con vidrio que deja caer el tragaluz natural en el interior y se ve hermoso desde el exterior.
Las paredes que están cubiertas del revestimiento de acero inoxidable y aluminio galvanizado unidas por pernos de hierro le dan un aspecto monocromático, pero cambia a medida que el último rayo de luz solar cae sobre la brillante superficie reflectante de la estructura de la torre de 40 m, dándole un brillo etéreo. Y al igual que muchas iglesias católicas tiene un campanario de forma rectangular con fachada de concreto similar a pocos metros de distancia que complementa el plan de rombo, junto con pequeñas iglesias de bautismos en el frente actúa como un espacio de transición para que las personas accedan al espacio celestial todo integrado de una manera que parece una sola entidad.
A medida que nos movemos dentro de la catedral, somos recibidos por la enorme puerta de madera con grandes ventanas abiertas a lo largo de la fachada que marca la entrada principal y en el interior vemos un trabajo de hormigón a la vista que hace que las personas se sientan frescas, tranquilas y compuestas. En la luz difusa que cae dentro, los visitantes pudieron ver las curvas de la pared que giran a su alrededor y también una línea recta en la parte delantera que converge a un punto arriba, no es hasta llegar al centro de la iglesia a través del alter que podemos ver la cruz que se hace de tal manera que llueve la luz como las bendiciones del cielo, en contraste de lo oscuro y la luz, hermosamente coreografiado por el arquitecto para que cuando las personas se muevan puedan sentir el movimiento de la luz completamente suyo
La planta baja que tiene la capacidad de 600 personas sentadas y 2000 personas de pie y a medida que avanzamos hacia el sótano rodeado de bloques de piedra que están en divergencia con la fachada metálica de la estructura, vemos una pequeña capilla con una capacidad de 200 personas sentadas y 100 de pie. También tiene un propósito importante ya que numerosos servicios de la iglesia se llevan a cabo dentro del sótano, junto con un cuerpo que se coloca sobre la entrada principal.
La estructura también pasó por una restauración en 2007 bajo la supervisión de Tange Associados ya que debido al agua de la lluvia, las juntas que sostenían la fachada de acero se deterioraron a lo largo de los años y la zona es sensible a los fuertes vientos y varias tormentas. Por lo tanto, era necesario solucionar el problema antes de que algo grave pudiera suceder. Se decidió reemplazar el acero inoxidable con algún otro material que sea más resistente al agua y pueda continuar durante un período de tiempo más largo. El techo también fue cambiado con marco de aluminio y vidrios templados para una fácil reparación e inspección.
La estructura en sí tiene una importancia vital para el país y su cultura, especialmente para la población cristiana que comprende solo el 1% de la población total de los países que representa la solidaridad que las personas tienen entre sí y las comunidades. La estructura también es muy importante con respecto a su arquitecto, ya que fue el último deseo de él que la catedral fuera su último lugar de descanso y su funeral que se llevará a cabo allí que fue posible como él deseaba.
Kenzo Tange no era un arquitecto ordinario. Su llamativo diseño original hablaba de su gran admiración y entusiasmo hacia la arquitectura; y a lo largo de su trabajo de por vida, no solo ayudó a remodelar una nación sino a asociar una emoción que inspiró a generaciones y que continuará haciéndolo.
